(...)Tu vida es una rutina de principio fin, a tal punto que no encuentras diferencias entre un día y otro, entre las cinco y media de la tarde de hoy y las cinco y media de ayer y las de mañana o las del próximo mes, y de golpe, sin saber en qué momento, zas, se te hizo añicos esa plancenta tibia que es la rutina, te encuentras luchando por tu vida, sin poder hallar una explicación a cómo demonios te has metido allí, como si fuera otra dimensión, un túnel por donde avanzas vertiginosamente, igual que un sueño, una alucinación psicodélica.
(...)
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