18.3.07

Crónica de un breve viaje a Marrakech.

Ya llegué sana y salva.
Ví cigüeñas por todas partes.
Comí caracoles en la Plaza Jmaa el Fna.
Visioné la plaza desde una terraza cuando comienza el jaleo.






Paseé por el sueño de Majorelle ( y actual casa de Yves Saint Laurent)

Me dijeron que la prisa mata mientras compraba babuchas y otras cosas que no necesito.
Hablé con un hombre azul del Sahara que nos vendió alfombras bereber y me quiso cambiar por camellos. Pateé Marrakech por sus interminables alamedas teniendo como referencia la mas alta, la Koutoubia ( que debido a mi falta de pericia parece la torre de Pisa...)

Curioseé por la Medina y los zocos.

Tomé té y dulces con Fátima, una amable desconocida, en su casa, en la Medina sur y conocí la hospitalidad marroquí. Me subí a innumerables taxis a 20 dirhams la carrera.

Fuí a Essaouria para ver el mar y recorrer su blanca Medina.

Ví al hombre lobo en Marrakech, auuuuuuuuu, que era indio y se alojaba en mi hotel.
Tomé el sol en la piscina.

Comí ensaladas marroquís y bebí zumos y zumos de naranja.



Tomábamos té a la menta en el cosmopolita café La Poste mientras caía la tarde.

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