
"El mar no recompensa a quienes se muestran demasiado ansiosos, demasiado codiciosos o demasiado impacientes. Ahondar en busca de tesoros demuestra no solo codicia e impaciencia, sino también falta de fe. Paciencia, paciencia, paciencia es lo que nos enseña el mar. Paciencia y fe. Tendámonos vacios, abiertos, indiferentes como la playa...a aguardar un regalo del mar"
No hay comentarios:
Publicar un comentario